Como Progresar en América Latina (Parte 2) – Aprovechar Oportunidad Cuando Tenemos Empleo


Este es un artículo en la serie de artículos sobre el progreso en América Latina:

Este tema me apasiona verdaderamente: Se dice que EEUU es la tierra de la oportunidad, y en gran parte es cierto. Pero estoy convencido absolutamente que la oportunidad es mayor aún en nuestros países, especialmente para quien está empezando de cero.

La vez pasada hablé de la gran importancia de aprender inglés. ¿Pero una vez que uno ya comienza a comunicarse que sigue? Este articulo trata de cómo aprovechar la oportunidad cuando tenemos empleo, por tan mala que sea nuestra compañía y por tan incompetente que sea nuestro jefe.

Me lo puedo imaginar: Estamos en cualquier país de América Latina, en nuestro trabajo, deseando salir adelante sin saber cómo lograrlo. Es deprimente estar en un empleo mediocre: Tal vez es una pequeña empresa, trabajamos directamente para el dueño, el hijo del dueño tarde o temprano va a heredar el puesto de jefe, y en realidad no tenemos esperanza de subir de puesto en ese empleo. O tal vez es diferente: Es una empresa mediana o grande para la que trabajamos, y es tan espesa y paralizante la política que no se puede hacer nada. El método de subir de puesto es de hacer amigos con los jefes, y aunque intentamos jugar el juego, no hay garantías de nada.

En esa situación deprimente, es difícil sobrevivir, mucho menos imaginarse uno superándose profesionalmente en esa situación, sin embargo en muchos lugares es la norma.

En mi opinión, es incorrecto dar poco en ese empleo, por tan malo que es. He visto a prácticamente toda la gente en México que está en esa situación decir: “Pues si no me pagan bien, ¿Por qué voy a hacer el trabajo bien?” ó “¿Por qué voy a dar más de la miseria que recibo? ¿Qué razón tengo para entregar algo que absolutamente nadie va a apreciar?”. Yo creo que son reacciones correctas en algún sentido: El empleo es un acuerdo en el que obtenemos algo (salario) a cambio de otra cosa (tiempo y trabajo). ¿Si no estamos obteniendo el salario o el trato deseado o merecido, entonces por qué vamos a regalar un esfuerzo extraordinario?

Y creo que ese razonamiento es exactamente lo que nos mantiene incompetentes. En todo el esplendor de la palabra, nos volvemos unas personas absolutamente incapaces de hacer un buen trabajo, de exceder expectativas y de competir. Y como si fuera poco, esa incompetencia nos mantiene incapaces de encontrar otro empleo (ya que somos incompetentes), y con el tiempo crece el nivel de incompetencia todavía más.

Así que vengarnos de nuestro empleo al no dar nuestro mejor esfuerzo nos cuesta muchísimo y nos mantiene en el nivel de vida que precisamente no queremos estar.
Les propongo esto: Estén donde estén, hagan lo que hagan, comiencen hoy mismo a hacer un trabajo de la más alta calidad posible. Que el compromiso de calidad sea con ustedes mismos, no con su empleador. Cuando piensen que el escrito es de calidad satisfactoria para ser aceptado por su superior, hagan tres o cinco revisiones más. Cuando sea la hora de salida, dediquen 15-30 minutos más a hacer su trabajo un poco mejor. Dediquen tiempo a estudiar y actualizarse. Entreguen trabajo que nunca en la vida su superior ha recibido.

Con trabajo tan bien hecho, se van a dar cuenta que a su jefe lo van a superar pronto. No les importe que su jefe va a tomar el trabajo que entregan ustedes y lo van a entregar él a sus superiores intacto pero con el nombre de autor cambiado. Esto es precisamente la meta de trabajar a tan alto nivel. En una compañía saludable, esto ocurre y a uno lo promueven. Es una compañía mediocre esto ocurre y no hay beneficio inmediato (o aún peor, la inseguridad del jefe lo lleva a temerle a uno).

Solo cosas buenas pueden resultar de hacer el mejor trabajo posible siempre: Uno se va a sentir mejor, pues sabe uno lo que vale. Puede ser que se supere uno mismo dentro de la misma empresa ya sea con un mejor sueldo o con un mejor puesto (o ambos). Uno va a ser más competente; cualquier hijo o amigo del dueño tiene que enfrentarse con un empleado que sabe mucho más que él. Uno sabe que es más fácil cambiar de empleo.

Ser competente es una cosa bella.

El crear el hábito de siempre hacer el mejor esfuerzo posible nos da la llave de la superación y el éxito: Cuando llegue la oportunidad grande vamos a estar listos para aprovecharla. Eso no tiene precio.

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