El derrumbe del equipo mexicano


Finalmente pasó hoy. El equipo de México se derrumbó después del gol de Argentina que pareciera fuera de lugar.

Como me imagino el resto de mexicanos, yo estaba viendo el partido en esos minutos  cuando ocurrió el primer y segundo gol de Argentina en el partido.  Antes del primer gol, el equipo Mexicano estaba jugando como si quisiera ganar ese partido. Entradas fuertes, tiros a gol buenos; y el equipo argentino estaba haciendo lo mismo.  Iba a ser un buen partido.

Pero pasó lo que los mexicanos podríamos decir es una injusticia: El primer gol de Argentina fue fuera de lugar, pero los árbitros no lo marcaron como tal y el gol se quedó en el marcador.

La reacción del equipo mexicano fue una que se ha vuelto estereotípica de nuestro país: Se derrumbó.  A tal grado que el segundo gol de Argentina fue uno tan humillante y patético (para México) que hubiera tenido más gloria para el equipo mexicano si hubiera sido auto gol.  Toda esa energía que había al principio del partido se desintegró y los mexicanos regalaron el partido.  Por eso paré de ver el partido en ese momento.  Seguir viendo eso sería un gasto de tiempo.  La intención del equipo mexicano de hacer todo su esfuerzo por perder el partido en protesta estaba clara.

Pero en realidad no quiero hablar de futbol.

Me molesta mucho lo que pasó en el partido no porque México perdió, sino porque lo que ví en la pantalla era un grupo de personas que desempeñan en su campo a muy alto nivel, dejándose derrotar por una simple injusticia.

Está bien, fue injusto lo que ocurrió. Pero cuando los árbitros declararon que así se quedaba el marcador, la realidad era que el equipo mexicano estaba debajo uno a cero.  Había mucho trabajo que hacer.  Si antes estaban jugando bien, era hora de subir el juego a un nivel aún más alto. Era hora de salvar el partido. No era hora de llorar y de cruzar los brazos y de (conscientemente o no) perder el partido.

Mi punto es este: Cuando a ustedes les pase lo mismo: Una injusticia, algún problema que les llegó sin que se lo ganaran, alguna decisión de Dios que no les favorece, no debe uno de dejarse caer al abismo.  Uno debe de limitar el daño, de empezar de nuevo con una mente clara, y seguir adelante.

¿Que debió haber hecho el equipo mexicano? Decirse a sí mismos: “Estamos en los octavos de final de la copa mundial, jugando contra Argentina y estamos perdiendo por un gol en el primer tiempo. ¡Hora de jugar el mejor juego de mi vida!”

Cuando México, y no solo la selección nacional, sino todos los mexicanos tomemos esa actitud ante la adversidad y los problemas que la vida a todos nos trae, entonces vamos a ser ganadores. No sé si con una actitud diferente el equipo de México hubiera ganado el partido, pero sí sé que se hubiera ganado el derecho de salir del campo con dignidad y con la cabeza alzada, satisfechos sabiendo que en ese campo hicieron el mejor esfuerzo posible.

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